Wednesday, June 19, 2019

Emergencias Infecciosas y Transmisibles

DIPLOMADO DE AEROMEDICINA Y TRANSPORTE DE CUIDADO CRITICO



V GENERACIÓN



Emergencias Infecciosas 
Transmisibles



Tutor: Jaime Chafren Hinojosa

Estudiante: Rebeca Tillería Durango




INTRODUCCION

Como personal de transporte de cuidados críticos, habrá veces que se tendrá que transportar pacientes que están con alguna enfermedad transmisible por la cual tendrá que haber una mayor protección. Las enfermedades infecciosas están causadas por patógenos, como bacterias, virus, hongos, protozoos y parásitos. La mayor parte de ellas, el resfriado común y la otitis media, por ejemplo, no ponen la vida en peligro. Las enfermedades contagiosas representan un subgrupo de entidades infecciosas que se transmiten de una persona a otra. No todas ellas se contagian. La rabia, por ejemplo, solo se puede transmitir a la especie humana por animales infectados. Jamás se ha documentado ningún caso de contagio interhumano. Por tanto, la rabia es una enfermedad infecciosa pero no contagiosa. Los agentes infecciosos, como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), los virus de las hepatitis B y C, el bacilo de la tuberculosis (TB) y los agentes de la meningitis producen enfermedades infectocontagiosas, a veces de carácter laboral. La lucha contra las infecciones se centra siempre en el reconocimiento prematuro a través de una evaluación competente. Como PTCC, debería establecer un equilibrio cuidadoso entre la atención del paciente y el control de la transmisión de los agentes infecciosos a otras personas, ya sea uno mismo, o a otros profesionales sanitarios y a la población.


DESARROLLO

Para poder entender cómo se transmite ciertas enfermedades infecciosas, hay que tener ciertos conceptos en claro:

Inmunidad: capacidad de un huésped que tiene contra una infección. Mediante un complejo sistema de sustancias, células y tejidos que existen en el cuerpo para protegerlo.

Patógeno: es la causa que produce la enfermedad, puede ser por una bacteria, virus, hongos, parásitos o protozoos.

Antígeno: sustancia que desencadena la formación de anticuerpos y pueden causar una respuesta inmunitaria específica. El cuerpo inicia una respuesta hormonal o mediada por células.

Anticuerpo: Sustancia segregada por los linfocitos de la sangre para combatir una infección de virus o bacterias que afecta al organismo.

Epidemia: es un brote de una enfermedad que afecta a muchas personas de la misma comunidad o región, bien porque la enfermedad se asiente en la comunidad desde una fuente ajena, por ejemplo, un turista infectado, o porque el patógeno (en este caso, una bacteria o un virus) haya mutado de tal forma que escape al sistema inmunitario o se vuelva más virulento.

Pandemia: como la de la gripe de 1918, es una epidemia que asola el globo y alcanza los siete continentes. Como cabe esperar, las pandemias suelen producir muchas muertes. Las pandemias, como las epidemias, se deben a enfermedades antiguas, como la viruela o la peste bubónica, o a otras nuevas o a formas nuevas de entidades conocidas.


Métodos de transmisión: es la manera de cómo se transmite el patógeno y pueden ser:
  • Horizontal: puede ser por contacto directo, transmisión sexual, gotas de secreciones respiratorias, contacto directo (al darse la mano).
  • Vertical: madre-feto, durante el proceso de parto.
  • Indirecto: estornudos, tos, objetos inanimados, agua, aire, fluidos corporales contaminados.
  • Vector: a través de un animal o insecto.


Etapas de un proceso infeccioso: La progresión de la enfermedad varía mucho según la dosis del patógeno (número de microorganismos presentes), la virulencia del mismo y la vulnerabilidad del anfitrión. Para que ocurra la infección deben darse ciertas condiciones. Las enfermedades contagiosas pasan por etapas o períodos que señalan los componentes del proceso infeccioso. Las expondremos de forma sucinta. Las etapas son:

Periodo latente: El período latente comienza cuando el patógeno entra en el cuerpo, eludiendo las barreras defensivas más externas del anfitrión, como la piel y las secreciones mucosas ácidas. Durante esta fase, la infección no se contagia ni la persona manifiesta síntomas. A veces, esta etapa se prolonga durante meses o años, o resulta tan corta como 1 día. Una infección latente es toda infección inactiva pero que puede resultar contagiosa y volverse sintomática más adelante.

Periodo de incubación: El período de incubación es el intervalo entre la exposición al patógeno y el comienzo de los síntomas. Como la duración del período latente, el de incubación difiere de un microorganismo a otro, y oscila entre horas y años. La diferencia radica en que, durante el período de incubación, el patógeno se reproduce dentro del anfitrión, movilizando el sistema inmunitario de este para que produzca anticuerpos específicos de la enfermedad. En ese momento los anticuerpos alcanzan un valor detectable y la sangre de la persona infectada da un resultado positivo de exposición al patógeno.

Periodo de contagio o transmisión: El período latente se sigue de uno de contagio que dura el tiempo que resida el agente dentro del organismo y durante el cual se puede transmitir a otras personas. Este período tiene una duración variable y depende de la virulencia, del número de microorganismos transmitidos, del mecanismo de transporte y de la resistencia del anfitrión. La edad y el estado general de salud de la persona antes de la exposición influyen en la vulnerabilidad y en los factores de riesgo para contraer la enfermedad infecciosa.

Periodo de enfermedad: El período de enfermedad sigue al de incubación y su duración varía según el patógeno concreto. Esta fase puede ser asintomática o manifestarse por síntomas evidentes, como lesiones en la piel o tos. El cuerpo acaba destruyendo al patógeno y erradicando la enfermedad. Algunos patógenos persistentes no son, sin embargo, desalojados del nuevo entorno pese a los mayores esfuerzos del sistema inmunitario. Se quedan por un tiempo y ocasionan una infección latente, o bien, como sucede con el VIH y los herpesvirus, permanecen de manera indefinida dentro del organismo, una vez producida la infección.



Agentes infecciosos o patógenos

Bacterias: Las bacterias son microorganismos unicelulares que viven en el agua, dentro del cuerpo humano, en la materia orgánica y las superficies inorgánicas (fómites). Los antibióticos son eficaces frente a la mayoría de las infecciones bacterianas. Las bacterias aeróbicas, como el bacilo tuberculoso o el de la peste, sobreviven solo en presencia del oxígeno, mientras que las anaeróbicas, como las cepas de Clostridium (botulismo y tétanos) cumplen sus funciones sin necesidad del oxígeno. La estrategia para el tratamiento son los antibióticos.

Virus: Los virus, uno de los agentes patógenos más pequeños, necesitan de las células vivas del anfitrión para crecer y multiplicarse. Los virus pueden causar enfermedades leves, como el resfriado común, o graves, como el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida) y la viruela. Para tratar la mayoría de las enfermedades víricas se requieren únicamente medidas de soporte, pues los virus no suelen responder a los antibióticos. Se han formulado antivirales y desarrollado muchas más vacunas para prevenir infecciones víricas mortales o mitigar la gravedad de los síntomas y acortar la duración de la enfermedad. La estrategia para el tratamiento son los antivirales.

Hongos: Los hongos son microorganismos parecidos a las plantas y la mayoría de ellos no causan daño. Los de mayor importancia para el ser humano por las enfermedades que causan son:
  • Dermatofitos (infecciones de la piel, como tiña corporal).
  • Aspergillus (aspergilosis pulmonar e infecciones del oído externo, senos paranasales y
  • tejido subcutáneo).
  • Blastomyces dermatitidis (blastomicosis, que produce abscesos en la piel y el tejido
  • subcutáneo).
  • Histoplasma capsulatum (histoplasmosis).
  • Candida (candidiasis vaginal y oral, también llamada muguet).

Se han desarrollado antimicóticos para tratar la mayoría de estas infecciones.

Parásitos: Los parásitos representan una causa habitual de enfermedad cuando las condiciones higiénicas son malas, como ocurre habitualmente en los países subdesarrollados, aunque se siguen observando aún casos en EE. UU. A diferencia de los virus, los parásitos son microorganismos vivos. Como los virus, sin embargo, necesitan del anfitrión para sobrevivir y reproducirse. Los parásitos viven dentro del anfitrión o sobre él, y se alimentan de él o bien consumen parte de los nutrientes del anfitrión a su costa. La irritación y la infección pueden ser tópicas o sistémicas, en función del parásito. El tratamiento se centra en agentes que alivien los síntomas de irritación, además de erradicar los huevos en desarrollo y los parásitos vivos. Se pueden recetar antihistamínicos para aliviar la urticaria. Los insecticidas, los inhibidores de la acetilcolinesterasa, los ovicidas y los pediculicidas resultan eficaces.


ENFERMEDADES

Meningitis: es la inflamación de las meninges, puede ser en su mayoría viral y en algunos casos bacteriana, por parásitos o fúngico. Todos los casos deben tratarse como de origen bacteriano hasta que se haya descartado.

  • Meningitis bacteriana: es grave y mortal, causa 10% de deterioro neurológico en los sobrevivientes. La triada clásica es fiebre, rigidez en la nuca y estado mental alterado. Otros síntomas son cefalea, fotofobia, petequias o purpuras. Importante el signo de Brudzinski y el signo de Kerning. Se deberá hacer una punción lumbar para verificar la enfermedad al menos que esta esté contraindicada.
  • Meningitis viral: condición médica grave, pero se resuelve de 7-10 días sin tratamiento. Algunos signos pueden ser fiebre, rigidez de nuca, cefalea intensa, náuseas, fotofobia, se puede transmitir vía fecal-oral. A menudo se origina en estructuras cercanas al cerebro, como oído medio, senos paranasales o el tracto respiratorio.

Virus sincital respiratorio: causa enfermedad estacional de las vías respiratorias inferiores, se da más en lactantes y niños, puede ser asintomático o sintomático leve o graves. Se manifiesta con bronquitis y neumonía. La apnea puede causar muerte súbita en bebés. La transmisión se produce a través de gotitas respiratorias o contacto con las manos.

Epiglotitis: infección bacteriana rápidamente progresiva de la epiglotis y tejidos circundantes que puede conducir a la obstrucción respiratoria súbita. Las causas pueden ser: Haemoptoilus parainfluenzae, S. pneumoniae B. puede progresar a obstrucción de la vía aérea, hipoxia y PCR. Algunos signos y síntomas son dolor de garganta intenso, fiebre alta, sialorrea, y estridor inspiratorio. Recordar que los pacientes suelen requerir un manejo avanzado de vía aérea.

Tuberculosis: afecta casi siempre los pulmones. Es curable y prevenible. Transmisible de persona a persona por aire, estornudos, tos o escape. es de origen bacteriano y esta usualmente se asienta en la parte alta de los pulmones y se puede esparcir a los riñones. La mayoría de los pacientes infectados son asintomáticos, en caso de que presente signos y síntomas pueden ser tos a veces con flema o sangre, fiebre, disminución de peso, sudoración nocturna y fatiga.

Tratamiento: Los pacientes con TB precisan oxígeno suplementario cuando disminuye su saturación y se observan signos de disnea. Está indicado el tratamiento inicial con tuberculostáticos, como la isoniacida (INH) y la rifampicina. Hay que aislar a los pacientes infecciosos.

Neumonía: tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones, los alveolos pulmonares se llenan de pus y líquido. Causada por agentes bactrianos, virales o micóticos. Normalmente es adquirida por la comunidad.
Signos y síntomas: fiebre de aparición súbita, dolor de pecho, dolor con inspiración, dificultad respiratoria, disnea, leucocitos, tos, alteración de los gases arteriales.
  • Neumonía bacteriana.
  • Neumonía viral.
  • Neumonía nosocomial (se presenta a las 48-72h de admisión en el hospital).

Influenza: enfermedad respiratoria aguda por virus, son tres tipos de variantes ortomixovirus (A, B, C). las complicaciones en adultos mayores y jóvenes, incluye el desarrollo de neumonía primaria o secundaria.

Hepatitis: es una inflamación del hígado. Puede ser causada por agentes infecciosos, toxinas o drogas. Hay diferentes tipos A, B, C, D, E y G
Signos y síntomas: malestar general, ictericia, hepatomegalia, discrasias sanguíneas, alteración del estado de conciencia y fallo multiorgánico.

  • Hepatitis A: El virus de la hepatitis A (VHA) es un virus ARN de una sola hebra presente en las heces de las personas infectadas. Se replica en el hígado, pero no suele dañarlo de forma directa. De hecho, suele afirmarse que esta enfermedad es benigna. Puede ser transmitida por heces o sangre se puede prevenir con vacuna.

Signos y síntomas: al principio refieren malestar general, fatiga, anorexia, náuseas, vómitos, diarrea, fiebre o dolor abdominal. Los signos y síntomas durante la segunda fase son idénticos a los de cualquier hepatitis: ictericia, orinas oscuras y deposiciones blanquecinas.

Tratamiento: El tratamiento, de soporte, se basa en una buena alimentación y la administración de líquidos i.v.


  • Hepatitis B: El virus de la hepatitis B (VHB) es un pequeño virus ADN que produce un exceso de las proteínas de la envoltura, llamadas antígenos de superficie del VHB; estas se detectan con facilidad en el suero. Los antígenos core (HBcAg) y (HBeAg) del VHB representan marcadores de infectividad y de la carga vírica. El análisis de estos marcadores sirve para identificar y vigilar la infección aguda y crónica. Puede ser transmitida por compartir agujas, contacto sexual o exposiciones medicas accidentales.

Signos y síntomas: cursan en dos etapas. En la primera fase, el paciente refiere síntomas pseudogripales, como fiebre, náuseas, diarrea y dolor abdominal. La sangre circulante contiene muchos virus. En la segunda fase, la piel y los ojos del paciente se vuelven ictéricos, las heces se vuelven blanquecinas y la orina toma un color casi marrón. La carga vírica desciende y aparecen anticuerpos en la sangre. Alrededor del 10% de las personas infectadas por el VHB acaban sufriendo una infección crónica y la enfermedad puede evolucionar hacia la insuficiencia o el cáncer de hígado. El tratamiento definitivo es el trasplante.


  • Hepatitis C: Se conocen al menos seis genotipos del VHC y más de 50 subtipos, por lo que resulta difícil cultivarlo. El genotipo 1 es el más frecuente y el que peor responde al tratamiento. Se contagia mediante la inyección de sangre contaminada, sobre todo entre drogadictos que comparten agujas.

Signos y síntomas: Los primeros signos y síntomas consisten en fatiga, dolor abdominal y hepatomegalia. Palpe el abdomen y verifique si hay fiebre. Solo el 20% de los pacientes infectados por el VHC manifiestan síntomas asociados a la segunda fase de la hepatitis: ictericia, heces blanquecinas y orinas oscuras. Aproximadamente el 20% de ellos experimentan una infección crónica y el 30% se convierten en portadores de la enfermedad.

Tratamiento: Las personas infectadas por el VHC reciben medicación durante 24 semanas, consistente en la administración de interferón A, combinado a menudo con otros antivirales. También el tratamiento esta dirigido a prevenir la cirrosis y la insuficiencia hepática.


  • Hepatitis D: El VHD es un virus ARN que depende del VHB para su transmisión. Por eso, suele definirse como parásito del VHB. Este virus se observa sobre todo entre adictos a drogas por vía parenteral, la prevención se la puede hacer por medios de la vacunación universal contra la hepatitis B.

Signos y síntomas: Evalúe los signos y síntomas de la infección por el VHB, como son fiebre, dolor abdominal, náuseas y vómitos. A menudo concurren factores conductuales como la anorexia.

Tratamiento: El tratamiento se basa en medidas de soporte, ya que la investigación no respalda el uso de antivirales.


  • Hepatitis E: es similar al HA con alta tasa de mortalidad, entra al organismo por los intestinos, se resuelve de 2 a 6 semanas, una complicación es la hepatitis fulminante.



Virus de inmunodeficiencia humana: puede conducir al SIDA. Es un retrovirus con doble cadena de ARN que ataca al sistema inmunitario, reduciendo así la capacidad para combatir las infecciones. En general, se considera que una persona puede contagiar el VIH en cuanto el resultado del análisis es positivo. No obstante, algunas personas seropositivas no transmiten el virus a los demás porque han heredado un gen mutado (CCR5) que los protege de sufrir la enfermedad activa y de transmitir el virus a otros. Estos pacientes, llamados no progresores, representan el 10% de la población caucásica seropositiva para el VIH y un porcentaje desconocido de la población seropositiva no caucásica. Las personas expuestas al VIH que no han heredado esta mutación pueden acabar padeciendo sida.

Signos y síntomas: El VIH ataca todos los sistemas del cuerpo, cardiovascular, respiratorio o locomotor.



Tratamiento: Los antirretrovirales inhiben la replicación del VIH e impiden que se dañe el sistema inmunitario. Estos fármacos poseen tal eficacia que muchas personas empiezan a dar resultados negativos de la presencia del virus en su sangre. Las personas seropositivas viven como miembros activos de sus comunidades, y participan plenamente del trabajo y de otros aspectos de la vida cotidiana. Sin embargo, una vez iniciado, el tratamiento antirretroviral debe tomarse cada día de manera indefinida. Cada dosis que se omita incrementa el riesgo de ineficacia de la medicación.



CONCLUSION

Primeramente, hay que tomar en cuenta que cuando uno transporta a un paciente con alguna enfermedad trasmisible o que tenga un alto grado de trasmisión, siempre se deberá efectuar la descontaminación adecuada de la ambulancia, helicóptero o aeronave presurizada. Se deberá tomar el tiempo necesario para lograr esta descontaminación ya que en ciertas ocasiones no solo se descontamina uno mismo, sino cada equipo o herramienta usada. Hay que tomar en cuenta que, para transportar un paciente con alguna de estas enfermedades, se tiene que usar ciertas medias de protección, empezando por el equipo de protección personal como guantes, mascarilla, gafas, bata, etc., protegiendo también al paciente, el lavado de manos antes y después de tener contacto con el paciente. Otra precaución es que, de acuerdo al tipo de enfermedad del paciente, se deberá adaptar la aeronave por ejemplo si es necesario algún tipo de aislamiento sea en general o solo el paciente. Siempre tomar en cuentas esas precauciones antes de trasladar al paciente y recordar darse el tiempo de desinfectarse uno mismo y la aeronave.


Bibliografía
  • NAEMT. AMLS Soporte Vital Médico Avanzado. Un abordaje basado en la evaluación. Capítulo 8: Enfermedades infecciosas.  (2012) Jones & Bartlett Learning. Estados Unidos de América.
  • Resumen de las clases del capítulo de Enfermedades Infecciosas y Transmisibles.


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